CyberDodo y el león marino (1-18)
Cuando oímos hablar de “leones marinos”, la gran mayoría de nosotros piensa de inmediato en el...
El tráfico de animales salvajes y de plantas afecta a numerosos países, principalmente a los del sur y a los pobres, y perjudica a una amplia variedad de especies.
También, es una trágica demostración de la absoluta falta de respeto que algunos hombres tienen hacia la naturaleza al creerse dueños de ella, sin tener en consideración la supervivencia de las plantas y los animales en cuestión.
Este desprecio hacia el derecho de las generaciones futuras de sacar provecho de la biodiversidad respetuosamente es una grave amenaza tanto para los animales y las plantas como para la humanidad.
Este tráfico tiene diversas formas: desde la extracción de plantas, la caza furtiva, la caza o la pesca de animales para su carne, su piel, su pelo, sus cuernos, sus colmillos, etc., pasando por la caza de ejemplares vivos para laboratorios, los coleccionistas o las tiendas de animales, e incluso la pura y simple destrucción de biotopos.
Para combatir este tráfico, que los especialistas consideran el tercero más importante del mundo después del de drogas y el de armas, más de 170 países se han adherido a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, más conocida como “CITES” –por sus siglas en inglés– o Convención de Washington (lanzada en 1975).
Para conocer las cifras que representa el tráfico de animales y plantas silvestres, recuerde que la CITES protege a más de 5.000 especies de animales y 28.000 especies de plantas.
Detrás de estas cifras se esconde un triste catálogo de la biodiversidad en peligro:
Mamíferos: (Ejemplos generales) el gorila, el lobo, el panda, el guepardo, el león, el tigre, el elefante, el rinoceronte, el oso, la ballena, etcétera.
Aves: (ejemplos generales) el ñandú, el ibis, el flamenco, el cisne, el águila, el buitre, el loro, el tucán, etcétera.
Reptiles: (ejemplos generales) la tortuga, el aligátor, el cocodrilo, el camaleón, el lagarto, el varano, la boa, el Pitón, etcétera.
Anfibios: (ejemplos generales) la salamandra, la rana, el sapo, la rana dardo, etcétera.
Peces: (ejemplos generales) el celacanto, el esturión, el barbo, el tiburón, el siluro, el hipocampo, etcétera.
Plantas (ejemplos generales) el cactus, las orquídeas, el aloe, etcétera.
¿Cuáles son las soluciones para luchar contra el tráfico?
Además de las operaciones de vigilancia de la Policía y la Aduana, es indispensable informar y concientizar al mayor número posible de personas del mayor número posible de países, ya que para que exista el tráfico se necesitan tanto contrabandistas como clientes.
Debemos comprender que la situación de numerosas especies en vías de extinción empeora cada vez más, especialmente en los países pobres. ¿Cómo se le explica a la población local que necesita preservarse porque los ejemplares (animales y plantas) se volverán más costosos a medida que vayan disminuyendo? Con frecuencia, por su extrema pobreza, estas personas no ven otra alternativa que dedicarse al tráfico de especies protegidas.
Al contribuir de esta manera a la eliminación de la biodiversidad, se pone en peligro y se hipoteca el futuro de los niños y de las generaciones futuras... pero, ¿cómo pensar en el mañana cuando hoy se tiene hambre?
La lucha contra la pobreza es un arma eficaz contra los traficantes: para erradicar el tráfico se debería establecer concreta y rápidamente una movilización internacional.
Además, los traficantes y otros contrabandistas deberían ser duramente castigados: ¡no debería existir ningún derecho para los saqueadores de la biodiversidad, cuyo negocio factura cientos de miles de millones de dólares al año!
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