CyberDodo y los peligros del fuego (1-7)

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"Fuego", la palabra evoca varias imágenes: calor, energía, confort, una chimenea (en los países más fríos), pero también conflagraciones y destrucción. El fuego ocupa un lugar importante en los mitos y leyendas, la historia del mundo – incluso la prehistoria, en la cual los antepasados de la humanidad moderna desarrollaron la capacidad de controlarlo, hace varios cientos de miles de años. El fuego es uno de los cinco elementos clásicos.
 

Fuego – un antiguo compañero de la especie humana

Para encender un fuego (sin esperar a que un rayo caiga en un atado de ramas, se necesitan tres elementos: gasolina, que generalmente se conoce como "combustible", aire u oxígeno, que se conoce como combustivo, y una fuente de energía térmica – un encendedor, chispa o fósforo.

Estos tres elementos generalmente se representan en un modelo conocido como el triángulo de fuego. Falta sólo un elemento en el triángulo: el fuego...

El fuego es una fuente de luz, como también de calor. Tal como el sol, tiene varias asociaciones positivas como energía, rituales, confort... pero también está vinculado con temas más violentos, tales como la destrucción, conflagración e incluso la ejecución, ya que se usaba para quemar en la hoguera durante la Edad Media, etcétera.

El fuego es un fenómeno controlado por la humanidad y aprovechado para varios propósitos, tales como para cocinar, calentar refugios, modificar el paisaje o actividades industriales, y también un fenómeno natural que surge en conjunción con relámpagos, volcanes e incluso ciertas clases de meteoritos.

Tales fenómenos naturales son observados cuidadosamente, en particular por volcanólogos, ya que numerosas erupciones volcánicas de la historia han devastado ciudades enteras, incluso regiones, y han matado miles de personas y, en ocasiones, han causado daños al punto de que civilizaciones enteras fueran arrasadas (por ejemplo, la Erupción minoica de la isla Santorini, 1650 A.C).

Aunque parezca sorprendente, los meteorólogos también son llamados para proteger la naturaleza de incendios. Los meteorólogos trabajan en colaboración con servicios de vigilancia de las zonas forestales.

Cada año, incontables incendios provocados por relámpagos causan estragos en bosques que sufren de corrientes de aire y sequías con terribles consecuencias para la naturaleza. Esto ocurre porque aunque los árboles maduros tienen una chance de sobrevivir a los fuegos salvajes gracias a su corteza gruesa que puede cicatrizar, todos los árboles más jóvenes y los más pequeños son irreversiblemente destruidos.

Además, al mismo tiempo que los incendios frecuentes evitan la regeneración de nuestros bosques y provocan graves pérdidas ecológicas y medioambientales (fauna y flora), también son esenciales para la supervivencia de la humanidad. (Léase más acerca de este tema en el episodio 9). 

Incendios domésticos

Uno nunca es demasiado cauteloso con el fuego, que por regla siempre se debe vigilar cuidadosamente; los incendios se pueden ir de las manos muy rápidamente.

Un incendio no controlado puede tener varias consecuencias graves: desde quemaduras más o menos considerables hasta la inhalación de gases tóxicos provocados por la combustión de varios materiales. Muchas víctimas mueren debido a este fenómeno, y no a las quemaduras. Finalmente, la pérdida de la propiedad es otra consecuencia grave de los incendios no controlados.

Los incendios pueden destruir cualquier sitio en gran medida, si uno no tiene cuidado.

Una vela que esté muy cerca a una cortina o a un libro, un artículo de tela colocado sobre el radiador, demasiados electrodomésticos insertados en el mismo tomacorriente, una plancha que se deja enchufada y olvidada sobre una tabla de planchar, una sartén olvidada sobre la cocina, un tronco que sale rodando de la chimenea, una bufanda colocada sobre una lámpara, etc.; todas estas situaciones son potencialmente graves, incluso fatales. ¡La clave es prestar atención!

Cuando oiga el término "fuego", tendrá que recordar un importante principio o regla: los incendios necesitan aire para mantenerse vivos (hasta se los puede escuchar sollozando: “aire, aire, aire”...

Esto significa que el fuego en una habitación cerrada consumirá todo el aire disponible y, finalmente, se extinguirá a sí mismo si el espacio tiene poco aire. Esto también significa que si una persona se encontrara en la habitación, el fuego podría matarla sin quemarla o liberar humos tóxicos. En realidad, el fuego podría matarla por asfixia.

Otras reglas para recordar en caso de incendio:

El humo siempre sube. Por lo tanto, si se encuentra en una habitación donde se está propagando un incendio, es importante que se mantenga al nivel del suelo y busque una salida.

Para poder respirar mejor, se recomienda cubrirse la boca y la nariz con una tela húmeda y asegurarse de que las otras personas presentes hagan lo mismo.

Si hay un incendio en una residencia que esté arriba de usted, salga inmediatamente. Recuerde cerrar la puerta apropiadamente detrás de usted y llamar al departamento de bomberos. Si el fuego está debajo de usted, y las salidas de incendio están obstruidas, en primer lugar avise al departamento de bomberos. Luego, humedezca toallas y cortinas para tapar los espacios que haya entre la puerta y el suelo. No olvide indicar su presencia a los rescatadores desde la ventana.

En conclusión, recuerde que el aire puede ser el mejor amigo del hombre, o puede ser nuestro peor enemigo. ¡Depende de nosotros tener cuidado!
 

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