La importancia de los medios de comunicación – Artículo 17 – (2-15)

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El surgimiento de nuevas formas de medios ha cambiado de manera drástica la percepción de los niños con respecto al mundo que los rodea.

Según Neil Postman (Profesor estadounidense, fallecido en 2003), los medios de comunicación como la televisión e Internet eliminaron efectivamente los límites por los cuales los niños y los adultos habían vivido en universos paralelos, ¡desde el Renacimiento! 
 

Por medio de las imágenes de los medios de comunicación, contenidos cuyas nociones de modales y otras prohibiciones se han intentado esconder de los niños durante muchos siglos resultan inmediatamente accesibles. Desde el comienzo de su transmisión, los padres y maestros de todas partes han estado en una competencia con los medios por la atención de los niños. Es más, la autoridad de los padres y maestros parece bastante débil desde el punto de vista de estas pantallas inicuas que modifican el comportamiento de los niños y conducen a ciertos niños a creer que el aprendizaje, e incluso los libros, ya no son necesarios.

 

Los Medios

Aun si el niño desde entonces disfrutara prácticamente el acceso libre a un mundo adulto, la sociedad continuaría manteniendo un discurso según el cual los niños se comparan con seres vulnerables e inocentes. Así, un límite bastante frágil y paradójico sigue separando al adulto del niño.

La sociedad intenta, más que lucha, para proteger al último del mundo del anterior. Una por una, la sociedad destruye las fantasías asociadas con la niñez, pero al mismo tiempo, dado el prevaleciente sentimiento de culpa, quiere hacer énfasis en las necesidades fundamentales de los niños. Según este pensamiento, la inocencia, los sueños y la vulnerabilidad deberían ser características infranqueables de la niñez.

Un acertijo muy problemático...

En particular, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño fue modificada para respaldar oficialmente el respeto que los adultos le deben al niño.

¿Cuál es la relación entre los niños y los medios de comunicación, en particular la televisión?

Poco a poco, cada niño aprende a diferenciar un mundo interno y externo. A medida que comienza a dominar el lenguaje, el niño o la niña se vuelve capaz de contar historias y puede usar sus sentidos para comprender la realidad. Los medios como la televisión o la Internet sumergen al niño en un mundo virtual – una representación del mundo.

Si pensamos como el Profesor Rufo, la televisión y (por analogía) la Internet, en la actualidad permiten a los niños el acceso al saber que sus mayores sólo disfrutaron mucho más tarde. Por consiguiente, la televisión y la Internet pueden proporcionar recursos culturales cuando se cuenta con la asistencia de un adulto que proporcione una explicación.

Los adultos, específicamente los padres, deben elegir determinados programas que puedan ser vistos por toda la familia. Según la psiquiatra de niños S. Clerget, es importante privilegiar a la televisión que incita a la unidad, en oposición a la programación y los hábitos que fomentan el individualismo.

Es más, para que las fuentes de los medios participen en la educación de nuestros niños, la educación básica de los niños es una condición previa necesaria. Los niños deben aprender a ejercitar un uso prudente de varios medios de comunicación, y ser asistidos para desarrollar un espíritu de crítica saludable para clasificar la circulación de información a la que están expuestos.

¿Por qué la educación está inextricablemente vinculada a la diseminación de la información?

El niño construye su mundo y su yo; necesita tiempo para comprender e imaginar, para interpretar lo que a su alrededor. A los 12 años es cuando verá más televisión, mientras descubre el universo y desarrolla una necesidad crítica de acceso al mundo exterior. Formulará preguntas, a medida que su pensamiento se vuelve analítico. Los niños de 12 empiezan a juzgar, a comparar. Es a esta edad que los niños asimilan lo que presenta la pantalla de la televisión o Internet para él con el mayor nivel de intensidad.

Perspicacia necesaria... ¡Tenga cuidado con el contenido ofrecido a los espectadores jóvenes!

Un adolescente de Occidente mira un promedio de 6 horas de televisión por día. Al comienzo de la edad de la educación primaria, casi 2 de cada 5 niños tienen un televisor en su habitación. Por consiguiente, es importante responder a la necesidad de conocimiento, esta sed de descubrir el mundo. Esté atento a lo que mira su hijo.

El impacto de la violencia televisada sobre un niño varía no sólo con respecto a su edad, personalidad y familia o contexto social, sino también con respecto a la naturaleza y el modo de presentación de las imágenes. Todas las representaciones realistas de violencia tienen un impacto profundo. Las noticias de delitos y las escenas de guerra que pueden aparecer durante el curso de una emisión de noticias son particularmente traumáticas para los niños. Por la falta de referencias y explicaciones, los niños están en riesgo de que tal información les afecte; no pueden consultar las explicaciones o los comentarios del periodista (que no se adapta a los niños) como los adultos.

Los medios de comunicación

Sin embargo, los estudios siguen afirmando que no hay relación directa entre las escenas de televisión (o de Internet) violentas y el comportamiento de los niños. La mayoría de los niños no parecen ser incitados a la violencia por mirar televisión. Sin embargo, la representación de la violencia, el comportamiento antisocial, irrespetuoso, destructivo o autodestructivo no constituye educación. Por el contrario, los mencionados anteriormente generan intolerancia y estigmatización.

Un número creciente de especialistas quedan por estudiar todos los numerosos casos de masacres perpetradas por adolescentes y jóvenes adultos, tratando de descifrar sus motivos interiores y el origen de su violencia. Están asombrados por la aparente ausencia de los límites y el contexto percibidos.

Los medios presentan nada de corta vista del mundo, y además transmite información y cultura. La presencia extensiva de los mismos en las vidas de los miembros más jóvenes de nuestra sociedad permite a los jóvenes crear efectivamente su propio universo agrupando varias referencias análogas. Así, es fundamental el cuestionamiento del uso de estas imágenes no sólo por parte de los jóvenes, sino también por la familia y la sociedad.

Los medios de comunicación son responsables del contenido que eligen difundir, tal como cada familia es responsable de la utilización del mismo y de la creación de un diálogo sobre las imágenes y el contenido expuestos.

No es aceptable que se le permita a un niño mirar cualquier cosa sin preocuparse sobre el impacto que tendrá sobre él o ella. Una simple reflexión por parte del adulto que acompaña al joven espectador permitirá evitar futuros problemas al niño. Por ejemplo, es importante formular las siguientes preguntas:

"¿Qué estoy mirando? ¿Qué opino acerca de eso? ¿Qué hago con eso?"

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